Isao Tomita, padre de la música electrónica
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Antes que Daft Punk y Moby, antes que Matthew Herbert, antes incluso que Kraftwerk, estuvo Isao Tomita. Mucho antes de que la música electrónica llenara festivales y fabricara estrellas que ganan millones de dólares, un japonés con formación clásica y espíritu pionero se enamoró de los experimentos que Wendy Carlos (compositora de bandas sonoras para varias películas, entre otras “La naranja mecánica” y “El resplandor”) estaba realizando con los primeros sintetizadores diseñados por Robert Moog. En pleno auge del rock and roll y el movimiento hippy, a finales de los años sesenta, no parecía haber mucho espacio para unos tipos que jugaban con sus máquinas a inventar sonidos. Sin embargo, la música electrónica despegó desde los departamentos universitarios y los reductos artísticos para desplegar sus influencias durante la siguiente década e impregnar toda la música popular.
Isao Tomita fue uno de los principales protagonistas de aquella incipiente escena musical. Tras su flechazo con los sintetizadores, comenzó adaptando piezas clásicas de Debussy y, en 1974, publicó una de las obras capitales para entender la posterior evolución de la electrónica: “Snowflakes are Dancing”. Aquel trabajo contenía un tema (el Arabesque nº 1) que forma parte de la banda sonora de la infancia de muchos españoles, puesto que fue utilizada como sintonía para el programa de TVE “Planeta imaginario”. Considerado como uno de los mejores discos de música electrónica de todos los tiempos, “Snowflakes...” no tuvo un nacimiento sencillo. Tomita tardó 16 meses en producirlo, pero cuando lo presentó a su compañía discográfica en Japón lo rechazaron alegando que era inclasificable. No sabían qué hacer con aquello. Pero el compositor japonés, convencido de su talento, no se rindió: “estaba muy decepcionado, así que decidí viajar Nueva York -aunque apenas hablaba una palabra de inglés- donde conocí a un tipo llamado Peter Manders de RCA Records. Peter quedó muy impresionado y decidió publicar mi trabajo el mismo día que lo escuchó”.
Gracias al olfato de Manders, Tomita se convirtió en un compositor apreciado y pudo continuar experimentando. Todavía hoy muchos grandes músicos le nombran como uno de sus referentes. A pesar de sus 84 años, el japonés sigue trabajando e investigando nuevas posibilidades: la última, una composición para ser bailada por hologramas.
Texto: José L. Álvarez Cedena
Nota de la redacción: El compositor japonés Isao Tomita falleció el pasado 6 de mayo por un fallo cardíaco en un hospital en Tokio, según informó su discográfica Nippon Columbia. Una de sus últimas apariciones públicas coincidió con entrega del premio 'Japan Foundation' de 2015 a toda la trayectoria del artista japonés.
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