Garabato, Galán, A. López, Bleda, Iván, Higón y Lois; las joyas de la corona granota
Es un fenómeno arquetípico de las pretemporadas; en el grueso del grupo que pone las bases físicas y tácticas en las excelentes instalaciones de La Manga sobresalen un puñado de jóvenes jugadores sin apenas recorrido en el fútbol profesional. Por lo que respecta al Levante, son las promesas que lustran y abrillantan su talento en las profundidades de la Ciudad Deportiva de Buñol las que adquieren un plus de protagonismo en estas fechas. Los méritos contraídos durante la temporada regular en el umbral en el que compiten, el filial azulgrana milita en el grupo VI de la Tercera División, sustentan la pirámide de razonamientos que fundamenta el profundo salto hacia una dimensión en muchos casos desconocida que les puede abrir un universo alucinante.
Pueden rastrearse más datos que unifican sus caracteres; es una evidencia absoluta que el carné de identidad que exhiben denuncia una juventud para algunos extrema mientras que la mayoría han recorrido metódicamente y con paciencia los diferentes estratos de las categorías inferiores para posicionarse en el vestíbulo del primer equipo. Están preparados y llaman a la puerta de un auténtico sueño con convicción. Garabato, Dani Galán, Antonio López, Bleda, Iván, Higón y Adrián Lois conforman este colectivo que lleva impreso el código genético levantinista en el interior de sus organismos y una idea compartida que anhelan; tratar de demostrar al entrenador Juan Ignacio Martínez y al resto de sus colaboradores que son válidos para el proyecto deportivo azulgrana en el marco de la Primera División.
No es una misión sencilla de ejecutar aunque tampoco es imposible. No obstante, es el desafío que se han trazado y que tratarán de formalizar en este período previo al inicio de la competición liguera en la elite. En las alforjas de este bloque se mezcla la esperanza por alcanzar una proyección soñada cuando comenzaron a pegar las primeras patadas al esférico con la responsabilidad que conlleva compartir experiencia con futbolistas con cuantificables horas de vuelo en el mundo del balón redondo. Es quizás una oportunidad única para conseguir ese trasvase. Higón, Antonio López y Adrián Lois conocen las sensaciones inherentes a enfundarse la elástica azulgrana en un partido trascendente. El ejercicio pasado con Luis García en el banquillo lograron traspasar esa angosta divisoria que separa la utopía de los sueños de la materialidad más objetiva.
Higón y Antonio López tuvieron protagonismo en la eliminatoria de la Copa de Rey que midió al Levante y al Xerez. Higón demostró en el feudo de Chapín una rapidez suprema que le permite recorrer la banda a la velocidad del sonido con el cuero pegado a sus pies. Antonio López compartió espacio en el eje de la zaga mostrando conocimiento y serenidad antes de que una grave e inoportuna lesión fragmentará en mil pedazos sus ilusiones. Por su parte; la estela de Lois se encuentra en estrecha alizanza con el Real Madrid. El mediocentro se enfrentó a Khedira en el Estadio Ciudad de Valencia en el choque de vuelta de los octavos de final del trofeo del K.O. Unos meses más tarde repitió experiencia sobre el césped del Santiago Bernabéu en un encuentro adscrito a la Liga.
Quizás sean la avanzadilla del grupo, pero por detrás surge con fuerza la imagen de resto de los integrantes. Sergio Garabato asumió la pasada temporada el rol de tercer guardameta incluyéndose su nombre en algunas convocatorias. Iván, con apenas diecisiete años, Ballesteros, Juanfran o Venta le doblan en edad, logró en propiedad la banda derecha del filial. El defensor adelanta al tiempo. Su condición de juvenil no fue obstáculo para que José Gómez mostrara una confianza ilimitada en su juego. Iván, una de las joyas de Buñol, repite suerte en la pretemporada 2011. Por su parte, Dani Galán y Bleda se batirán el cobre para conseguir el consenso y la aprobación de Juan Ignacio Martínez.