Neo Bomberman - Arcade - Longplay - One player - Hard Level 8 - No Continues - No deads
Un Clásico Atrapado en su Fórmula, con Destellos de Grandeza Multijugador
Lanzado en 1997 para la potente Neo Geo, Neo Bomberman es, en esencia, más una consolidación que una revolución dentro de la venerable serie de Hudson Soft. Si bien la plataforma le otorgó un considerable salto visual y auditivo respecto a sus predecesores de 16 bits, la experiencia de juego individual se siente, en retrospectiva, como una glorificación del tutorial para su verdadero punto fuerte: el multijugador.
Desde una perspectiva crítica, el modo para un jugador es funcional pero unidimensional. La progresión se reduce a despejar laberintos de enemigos cada vez más numerosos, con una curva de dificultad que a menudo se basa en la cantidad y la velocidad de los monstruos, en lugar de en la astucia de su IA o el diseño ingenioso de los niveles. Los jefes de final de fase son, en su mayoría, poco memorables y carecen de patrones complejos, siendo más bien pruebas de paciencia y reflejos. La ausencia de una narrativa sustancial o de incentivos más allá de la puntuación alta limita su longevidad para quien busca una experiencia en solitario. La mecánica de montar monstruos, aunque novedosa, rara vez se explota a su máximo potencial en la campaña principal, sintiéndose más como una adición para el espectáculo que para la estrategia.
Sin embargo, donde Neo Bomberman realmente brilla y justifica su existencia es en su modo batalla. Aquí, el hardware de Neo Geo permite una acción frenética y sin ralentizaciones, con hasta cuatro jugadores (o incluso más en configuraciones arcade) desatando el caos explosivo. La inclusión de personajes jugables con habilidades únicas añade una capa de estrategia y personalidad que faltaba en entregas anteriores, y los nuevos tipos de monstruos montables con sus ataques especiales (como el dragón que escupe fuego o el cangrejo que salta) elevan las confrontaciones a un nivel táctico y divertido. La capacidad de recoger y lanzar bombas, o de patearlas, se convierte en un arte en manos expertas, dando lugar a momentos de brillantez y jugadas maestras.
A pesar de su excelencia multijugador, es crucial reconocer que Neo Bomberman no reinventó la rueda. Se adhirió firmemente a la fórmula establecida, confiando en la probada diversión del concepto Bomberman en lugar de innovar en profundidad. Para algunos, esta adherencia es una virtud; para otros, puede generar una sensación de familiaridad excesiva. No presenta grandes sorpresas en cuanto a modos de juego o mecánicas que no se hubieran visto ya en otras iteraciones de la serie.
En conclusión, Neo Bomberman es un título esencial para los entusiastas del modo batalla de Bomberman y un testimonio de la capacidad de Neo Geo para ofrecer experiencias arcade pulidas. Su modo para un jugador es un mero preámbulo a la verdadera diversión, que reside en el caos competitivo y la interacción entre jugadores. Es un ejemplo perfecto de un juego cuya verdadera valía se mide por las risas y los gritos compartidos entre amigos, más que por la profundidad de su campaña individual. Su legado es el de un sólido contendiente en el género de las "party games", pero no el de un innovador que redefinió los límites de su franquicia.