XI Domingo de Tiempo Ordinario: reflexión – Padre John Marshall, San Bautista, Milwaukie, OR

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Mis queridos amigos en Cristo,

Con demasiada frecuencia prestamos demasiada atención a la cantidad en lugar de a la calidad. La calidad sobre la cantidad significa esencialmente que elegir cosas de alto nivel importa más que la cantidad o la cantidad de cosas que tiene. Para decirlo de otra manera, el valor importa más que el volumen. Como la semilla de mostaza en las parábolas de Jesús en el Evangelio, el resultado final importa más que su tamaño.

En el Evangelio, Jesús ilustra cómo la fe, cuando se nutre y cuida como una pequeña semilla, puede crecer tan alto como las nubes y proporcionar alimento y refugio a otros, incluido usted mismo. Varía de una persona a otra, pero la cantidad de tiempo y esfuerzo que dedicas a nutrir tu relación con Jesús marca la diferencia. Jesús es siempre un amigo leal y amoroso, pero si no le corresponde y solo lo llama cuando lo necesita, ¿debería sorprenderse de que su solicitud no sea respondida a su satisfacción? ¿Cómo te sentirías por un amigo así si no lo hicieran contigo? Si nutre su relación con Jesús, entonces lo conocerá tanto como Él lo conoce a usted. Comprenderá precisamente cómo responderá Jesús a cualquiera de sus peticiones cuando lo llame en necesidad. Pero, con suerte, a medida que nutre y madura su relación con Él, simplemente no va a Jesús cuando lo necesita, sino que va a Él porque lo ama y sabe que Él lo ama a usted.

Podemos encontrarnos con Jesús cada vez que oramos. No tenemos que usar esas oraciones formuladas que aprendimos de niños si no queremos, simplemente podemos hablar con Él. Cuéntele sus esperanzas, sueños, alegrías, tristezas y dolores. Sea brutalmente honesto si necesita estar con Él. Lo encuentras a través de los sacramentos, especialmente en la Sagrada Eucaristía. Cuando lo reciba en la Sagrada Comunión, vaya a su santuario interior y hable con Él. Reverencialo como Él te reverencia a ti. La calidad de nuestro tiempo que dedicamos a nuestra relación con Jesús marcará la diferencia. ¡Empiece poco a poco y trabaje para tener una relación continua y vivificante con quien más lo ama!

¡Dios los bendiga a todos!