Chris Anderson, fabricante de drones: "Millones de cámaras sobrevolarán nuestras cabezas"
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Aunque los primeros vehículos aéreos no tripulados fueron desarrollados poco después de la Primera Guerra Mundial, los “zánganos” (traducción literal de drone) como ahora se les conoce, no entraron de forma masiva en nuestras vidas hasta el final del siglo pasado, cuando el ejército de Estados Unidos comenzó a utilizarlos -y a presumir de su existencia- en distintos conflictos armados. Y, pese a que las críticas que genera su uso como herramientas al servicio del “Gran Hermano” no decrecen, estos aparatos han llegado para quedarse, como prueba el que en la última edición del diccionario de la RAE se haya recogido el término “dron”. La noticias sobre sus usos fuera del ámbito militar se multiplican: drones para luchar contra incendios, drones para repartir paquetes (Amazon ya ha anunciado que recurrirá a este sistema), drones para mapear terrenos... y también drones como puro divertimento.
Uno de los responsables de que los cielos de nuestras ciudades lleven camino de necesitar reguladores de tráfico es Chris Anderson. Este periodista británico intentaba en 2007, siendo editor jefe de la prestigiosa revista Wired, que sus hijos se interesaran por la tecnología y para ello recurrió al clásico kit robótico. El problema era que para unos chavales acostumbrados a ver moverse a los Transformers en el cine aquello era demasiado básico y aburrido, así que pensó: “hagamos volar al robot”... Así fue como Anderson construyó en la mesa de su cocina con un puñado de piezas de Lego un aparato que se convertiría en su verdadera obsesión. Poco después fundó DIYdrones.com, la mayor comunidad de desarrolladores de robots de código abierto de Internet, y 3D Robotics, la compañía fabricante de drones más avanzada tecnológicamente del mundo.
Anderson está convencido de que los drones van a convertirse en un objeto mainstream y que dentro de muy poco habrá millones de cámaras volando sobre nuestras cabezas. Lo que no sabemos todavía es qué utilidad tendrán tantos “zánganos”, puesto que Anderson afirma que serán los propios usuarios y desarrolladores quienes decidirán sus aplicaciones con un modelo similar al implantado por la Apple Store con los teléfonos móviles.