¿Cómo será la vida en las ciudades del futuro? Kent Larson, del MIT, responde a Vinton Cerf
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Bill Wilder, el genial director de clásicos como “El apartamento” o “Con faldas y a lo loco”, confesó a Hellmuth Karasek, su biógrafo, que tenía una fantasía recurrente. Le gustaría inventar una cama en la que, después de estar con una mujer, bastase con pulsar un botón para que la estancia se convirtiera en un salón con una mesa donde estarían sus amigos jugando al póquer. La idea, terriblemente machista, solo podría ser asumida por misóginos trasnochados. Pero encierra una concepción de los espacios que hoy es compartida por muchos arquitectos y diseñadores de interiores. Ante el crecimiento de la poblacion en las ciudades, será necesario que nos acostumbremos a vivir en lugares más reducidos. Conseguirlo sin perder comodidades solo será posible si desarrollamos casas inteligentes donde las habitaciones sean multifuncionales.
No sabemos si Kent Larson, director del MIT Media Lab Changing Places Group, comparte la pasión por los naipes con Billy Wilder, pero sí que ha sido capaz de crear espacios robóticos donde las estancias son dinámicas y cambian para responder a las necesidades de sus habitantes. Un simple gesto de las manos puede mover paredes, hacer desaparecer muebles o regular la luz. Las casas serán más pequeñas y más eficientes, pero no perderemos espacio ni confort. Una paradoja posible gracias a la tecnología.
Larson enfrenta desde el MIT Media Lab los retos habitacionales que tendremos que solventar en un futuro cercano. La misión del Changing Places Group se centra en encontrar nuevas estrategias para crear los lugares donde viviremos y trabajaremos en los próximos años. Y hacerlos más sostenibles: “cuando dentro de 30 años alguien recuerde que los humanos nos movíamos por la ciudad encerrados en dos mil kilos de acero, con un motor dentro capaz de alcanzar los 200 kilómetros por hora, para recorrer un trayecto de dos kilómetros a 15 km/h, pensarán que éramos unos dementes”.
Texto: J. L. Álvarez Cedena
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